En pareja, lo más habitual es que todas las relaciones hayan tenido etapas complicadas de desajuste y conflicto, teniendo en cuenta que cada miembro de la relación tiene su propia manera de pensar, sentir y comportarse. Pasar una cantidad considerable de tiempo juntos, sin problemas, se vuelve una quimera. Tenemos que entender que no hay reglas fijas, ni parejas normativas, y hoy en día menos que nunca.

Hay cada vez más tipos diferentes de acuerdos entre personas para relacionarse: parejas heterosexuales, homosexuales, bisexuales, parejas abiertas, parejas reconstruidas poliamor, y un largo etcétera. Cada relación es un sistema profundo y funciona basado en reglas complejas y personales, por lo que generalizar en estos aspectos es demasiado usado, aún así, la experiencia propia y de muchos otros psicólogos y profesionales de la psicología en este campo, nos ha llevado a encontrar a algunos de los conflictos más habituales en las relaciones de pareja. Antes de empezar a hablar sobre los conflictos de pareja más habituales, me gustaría decirte lo importante que es para Vidasalud psicología, poder hacer estos artículos de psicología y así ayudar a personas que pueden estar sufriendo conflictos emocionales. Si quieres colaborar con esta labor, lo único que tienes que hacer es, compartir este
contenido de psicología de pareja, así estarás ayudando a muchas personas a mejorar sus vidas.

conflictos más habituales en pareja:

 

Problemas de comunicación

Los psicólogos sabemos, que sin lugar a duda, los problemas más importantes de la pareja se resolverían con una buena comunicación. Es muy habitual que las parejas crean que conocen a la otra persona, tanto, que dan por sentado lo que sienten piensan y quieren en cada momento, y lo que es peor, esperan que su compañero o compañera sepa lo que quieren piensan o sienten en cada momento. Así que los malos entendidos en las parejas están a la orden del día.

 

Compartir poco tiempo

Con los años, las parejas se acomodan y cada vez pasan menos tiempo juntos. La rutina y las obligaciones de los quehaceres diarios provocan que, cada vez se prioricen otras cosas antes que pasar tiempo de calidad con nuestra pareja, lo que poco a poco, va creando una brecha emocional entre la pareja, y en muy poco tiempo, esta brecha provoca que cada vez estemos más lejos el uno del otro.

 

La falta de atención

En psicología decimos que, cada persona tiene unas necesidades de atención particular. Puede ocurrir que algunos de los miembros de la pareja sienta que no se la tiene en cuenta cómo le gustaría. Esta desatención, puede ser a nivel emocional físico o íntimo, da igual el nivel, lo que es indudable es que la sensación de falta de atención da lugar a la desmotivación y conflictos en la pareja.

 

Los celos

Es una de las fuentes, que vemos los psicólogos, del gran malestar en la pareja, no sólo para el que lo sufre, sino para el otro miembro también. Los celos se alimentan de las inseguridades personales, de la necesidad de control, incluso de los roles de género. Esta desagradable experiencia emocional, sin duda destruirá la armonía y el bienestar de nuestra relación de pareja.

 

Falta de confianza

Este es un problema parecido al de los celos, ya que algunas veces proviene de las propias inseguridades de algunos de los miembros de la pareja, pero en ocasiones, la falta de confianza será a partir de una infidelidad. Es normal que muchas parejas se rompan tras un acontecimiento de este tipo, pero en ocasiones, intentamos dejar atrás lo sucedido, entendiendo que ha sido algo ocasional, se intenta perdonar y seguir adelante, pero aunque lo intentemos, este hecho puede dejar una profunda sensación de traición y desconfianza, e incluso llegar a poner en duda si merece la pena seguir apostando por esta relación, lo que inevitablemente provocará una crisis en la pareja.

 

Diferentes objetivos y proyecto de futuro

Este es un conflicto habitual según los profsionales de la psicología. Cuando las parejas comienzan su estado de enamoramiento, no les deja pensar en el futuro ni en proyectos vitales a medio o largo plazo, el único objetivo es «aquí y ahora», y la consumación de su amor. Pero cuando pasan los meses, la niebla se disipa y la realidad se abre paso. Posiblemente, una de las partes, querrá tener hijos, quizás comprar una casa, vivir en el campo o en la ciudad. También afectarán cosastan importantes como su familia o su carrera. Es innegable que las personas, según avanza el compromiso, comienzan a plantearse las implicaciones de seguir en esa relación a largo plazo, y el modo en que eso encaja con las expectativas que cada uno tiene sobre lo que quiere hacer con su propia vida. Si en esos momentos hay desajustes o diferencias importante, puede llevar a la ruptura de la pareja.
También puede ocurrir que, algunos de los miembros de la pareja, por amor o con la esperanza de que en el futuro de forma mágica todo se arregle, se dan en aspectos muy importantes de su vida dejando de lado intereses, proyectos personales, sueños y otros objetivos, lo que a la larga suele traer tristes consecuencias.

 

Repartos de tareas y responasbilidades

Cuando nos enamoramos, creemos que el amor podrá con todo, pero hay tareas conujuntas y del día a día, que poco tienen que ver con el amor. En ese momento, las creencias de cada uno, la madurez, la tolerancia, y la capacidad de trabajo en equipo se vuelven más necesarias que nunca para evitar los innumerables conflictos que provocan las actividades del día a día.

 

Priorizar tus beneficios.

En la pareja, otro conflicto habitual, es cuando se priorizan los beneficios personales en vez de los de la pareja. Tenemos que reconocer que cada miembro de la pareja, de forma individual, tiene sus propias necesidades y deseos pero, la pareja como conjunto, tiene unas necesidades propias. Alguna de las personas tiende claramente a pensar más en su propio beneficio que en el beneficio común la pareja, por ello, se verá indudablemente afectada.

 

La familia

Otro conflicto muy habitual que vemos los psicólogos en consulta son los problemas con los familiares. El apego que cada miembro puede tener con su propia familia de origen, los compromisos que se asumen, las discusiones o conflictos que pueden traer cada uno de su familia, pueden ser motivo de conflicto en nuestra relación. No sería la primera ni la última vez que una pareja se separa, no por problemas ni desajustes entre ellos, sino por tensiones y discusiones con suegros, suegra, cuñados o cuñadas.

 

Falta de pasión o relaciones sexuales

Son muy importantes en pareja, aunque con el tiempo pierdan esa relevancia que hay al principio, los problemas en este campo pueden darse por muchos motivos, desde la falta comunicación, falta de creatividad, la monotonía, inseguridades personales, la llegada de los hijos, o incluso los propios efectos de la edad. Lo que está claro es que, en este aspecto, se pueden crear grandes conflictos y desajustes, si no somos capaces de enfrentar la realidad y, ponernos manos a la obra para solucionar nuestras relaciones íntimas.

Como hemos visto, las parejas pueden llegar a sufrir desajustes por muchos motivos diferentes, y si no somos capaces de resolver esta situación, la relación se deteriorará irremediablemente, por suerte, la terapia cognitivo conductual, cuenta con muchas herramientas para ayudar a las parejas que estén en esos momentos de desequilibrio, y sus resultados, son muy eficaces. Pero eso, sí no esperes a que sea demasiado tarde, cuando la relación está muy dañada, la separación puede ser la única solución. Así que no esperes más. Buscar la ayuda de un psícólogo puede ser la solución en este momento.